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Hibbs Nobstante

En el diario de mayor tirada e influencia de la comarca, el problema había sido confiado a un caballero conocido bajo el nombre –extraño para los que no eran periodistas- de Hibbs Nobstante. El apodo de Nobstante se lo había ganado a fuerza exagerar, hasta convertirla en manía, su tendencia a suavizar sus opiniones, que prácticamente se desvanecían bajo una retahíla de “peros”, “no obstante”, “por más que” y demás conjunciones adversativas. [...]

Desde sus comienzos había demostrado particulares aptitudes para cultivar uno de los mayores artificios del periodismo moderno, o sea, para dejar a un lado lo esencial de la cuestión, como si fuese algo que no corre prisa, y dedicarse a cualquier aspecto secundario. [...] En sus días más penosos podía escribir lo siguiente: “Pensemos como quiera que pensemos sobre la vivisección de los niños pobres, está fuera de toda duda que la influencia del Vaticano se halla en plena decadencia”. Conquistó su apodo gracias a un párrafo cuya paternidad se le atribuía sobre el atentado del que fue víctima el presidente de los Estados Unidos, herido en Nueva Orleans por el disparo de un loco. Este párrafo decía así: “El presidente pasó buena noche y su estado ha mejorado notablemente. No obstante, el asesino no es un alemán como se creyó primeramente”. Este misterioso “no obstante” mantuvo perplejos durante horas a los lectores empeñados en entenderlo, hasta que perdiendo el juicio sintieron también ganas de emprenderla a tiros con alguien.

 

Fragmento de La taberna errante, de G. K. Chesterton (Acuarela Libros, 2004. Traducción de T. González Cobos y J. E. Rodríguez Cañas, con la colaboración de I. Harris  y J. Gleave; publicada bajo licencia copyleft)

 

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     En breve trataré de publicar un comentario sobre este gran libro del genial Chesterton.

1 comentario

Lonia -

No obstante menuda imagen del gremio