Al nivel del Seat Panda
Todos tenemos llaves en nuestro llavero que nunca utilizamos. Suelen ser llaves con alto valor sentimental: la de nuestra antigua casa, la de la residencia donde nos alojamos en el extranjero; o, entre los más apegados al pasado, las del candado de la primera bicicleta. Algún tipo de significado cultural tendrán las llaves, pues ya los sefardíes se llevaron las de sus casas españolas y todavía las conservan.
Yo en mi llavero llevo una llave que nunca utilizo. No es que esté obsoleta, sino que no entra en la cerradura. El asunto adquiere tintes dramáticos cuando esa llave es la de mi casa. Llevo un tiempo intentando entrar a mi casa por la puerta principal, pero siempre acabo entrando por la del almacén, tal que el Seat Panda de mi padre.
Alarmado por la situación, este fin de semana he revisado las llaves de toda la familia. Todas son iguales a la mía, pero a mí no me funciona. Me he quedado tranquilo, no estaba ante un repudio familiar. Pero no me acaba de convencer eso de estar al nivel del Seat Panda…
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¡Cómo nos va el morbo dominguero! El País recoge de nuevo los problemas del PP .
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Mercedes me dice que tenga consideración por las personas de ciencias y no escriba párrafos tan largos. Haré lo que pueda.
1 comentario
Lonia -
El país de ayer tenía reportajes muy buenos. Me gustó mucho el dedicado a Soraya Saénz de Santamaría.