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El ladrillo del Pilar (o conclusiones al fin del máster del universo)

El ladrillo del Pilar (o conclusiones al fin del máster del universo)

    Estudiar el máster del universo imprime carácter. El máster también imprime noticias en Din A-3 y a todo color, pero es otra historia. Una de las principales enseñanzas del máster ha sido que “ONG” se escribe “oenegé”; parking, parquin; y marketing, marquetin. ¡Cuánto daño ha hecho el Diccionario Panhispánico de Dudas!

    Siguiendo el hilo del marquetin, otra de las grandes enseñanzas han sido los métodos para incrementar las ventas de un diario. Cuartero ya dijo algo al respecto, con un post dedicado a la cama hinchable de La Razón. Básicamente, el mejor medio para vender periódicos es regalar algún tipo de cachivache.

    A lo largo de este curso, el diario que nos ha acogido ha regalado diversos objetos de incuestionable utilidad. Así, un suscriptor modélico empezará la mañana con un café hecho en la cafetera express de Heraldo; se cortará las uñas con las tijeras del Heraldo; saldrá a la calle abrigado con las pasminas del Heraldo; se protegerá del sol con las gafas del Heraldo; irá de viaje con las maletas del Heraldo; comerá con la cubertería del Heraldo; ceñirá su cintura con los cinturones de colores del Heraldo… Y alguna más que olvido.

    Pero aún faltaba lo mejor. En los estertores del máster, creíamos que lo habíamos visto todo. No. Faltaba el ladrillo del Pilar. A partir del domingo, por 3 euros, se podrá adquirir con el diario un fragmento de ladrillo de la Torre Baja de la basílica del Pilar, con un certificado de autenticidad del Arzobispado de Zaragoza.

    ¡Aleluya, bendecidos terminamos! ¡Máster del Universo! ¡Viva el Heraldo!

1 comentario

Diego M -

¡Viva! Aunque tú eres un hijo de Juan Luis, que lo sepa todo el mundo.