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Soy más de pueblo que un arado. Capítulo 4: Radio Macuto

Soy más de pueblo que un arado. Capítulo 4: Radio Macuto

            Los cuernos, uno de los grandes temas del radio macuto.

 

Querido urbanita almendrón:

            Hoy te voy a hablar de lo que en los pueblos llamamos “el radio macuto” o “el heraldo” –en referencia al Heraldo de Aragón, ¡Viva el Heraldo!-. Se trata de un sistema de obtención y difusión de la información que hace quedar en ridículo hasta al CNI. Nadie escapa al “radio macuto”, sus poderosas redes invisibles siempre te controlan. Es nuestro pequeño Gran Hermano.

            Partamos del siguiente ejemplo práctico. Un zagal del lugar consigue ligar una noche de las fiestas mayores con una noia de Barcelona que ha ido a veranear al pueblo. Qué felices se les ve. Para darse besitos y todas esas cosas que se hacen, deciden ocultarse detrás de la tapia de la peña, alejados de cualquier mirada indiscreta. O eso piensan ellos. Al día siguiente, el ufano zagal come junto a su familia. Sin venir a cuento se inicia la siguiente conversación:

 

 -Me han dicho en la panadería que ayer te vieron cariñoso con la hija del Pedroto –dice su madre. El zagal se atraganta.

-¿La del Pedroto de Barcelona? –la anima el padre.

-¡Esa, esa!

-¡Mira el crío que parecía tonto cuando lo compramos! Pues es moza guapa… ¿Y vais serios? –el zagal entra en shock.

 

            ¿Qué ha ocurrido para que la información llegue a los padres? El “radio macuto” ha funcionado. Algún amigo cabrón difundió la exclusiva entre el resto de la peña; a alguien se le ocurrió contárselo a su madre, que redistribuyó la información mientras escobaba la calle. Y de ahí a la panadería y finalmente a la mesa de la casa del protagonista. En dos días se entera todo el pueblo. Mucho mejor que la suscripción al Heraldo.

El anterior ejemplo corresponde a una forma de alcahueteo asistemática. Pero el “radio macuto” tiene redes estables. Los puntos de recogida de información se disimulan en balcones y esquinas del pueblo, desde los que las yayas y yayos y los ociosos en general buscan la exclusiva de la semana. En cuanto a los puntos de difusión, cualquier lugar en el que puedan juntarse dos personas vale para extender las noticias: portales, tiendas, bares,… He aquí un listado de comentarios típicos:

 

-“Éste va mucho al bar, ya me entiendes…”.

- “Ese se mete mucho en casa de la Jacinta, no creo que sea para llevarle acelgas. Si acaso pepinos…”.

-“Hay que ver que cornamenta le ha puesto la mujer a ese, no entra ni por la puerta del bar”.

-“Y dicen que su cuñado está en las últimas”.

-“Están en la ruina. Lo van disimulando, pero se conoce que los van a embargar”.

-“Esos hermanos no se hablan desde que riñeron por la herencia del padre”.

 

            Si alguna vez vas a vivir a un pueblo, te aconsejo que seas tú mismo el que difunda tus secretos, antes de que a falta de información se levanten rumores estrafalarios. No se puede luchar contra el “radio macuto”, sólo queda unirse a él.

 

           

 

 



 

 

3 comentarios

javier -

estimado oscar.Con el tiempo te darás cuenta de que hay más críticos y más periódicos que el Pais.Al crítico de la Vanguardia, el film "El sueño de Cassandra" le pareció una obra genial.Ya sabes, todo es del color del cristal con que se mire.
Saludos

Anónimo -

ola oscar.....yo tb estoy de acuerdo cntigo...mejor difundelo tu, aunk sea poco...eso sera mejor k cualkier secreto k se kiera guardar a toda costa

Chic -

Con este nuevo post de tu serie acabas de demostrar la imposibilidad de crear una sociedad democrática basada en el control de los medios de comunicación, o algo así, y me has hecho reírme en clase cosa que no sabes como te agradezco. De la bronca, otro rato hablamos.